Los vídeos en los
que se muestran casos de gente mayor y fuera de forma apaleando a
gente joven con demasiada autoestima se han hecho tan frecuentes en
Internet que ya no sorprenden a la mayoría.
No hace falta más
que leer un título como: “Ex-campeón retirado de kickboxing
contra chulo de gimnasio”, siempre sorprende. Y a la gente le
gusta, porque conscientemente, es lógico, pero a la vista le duele.
Es como si fuera una ilusión óptica, pero de carne y hueso.
Existe un motivo por
el cual los deportistas de élite son tan valorados. Tienen una
mezcla de talento, habilidad y mentalidad que una persona común, por
mucho que se machaque en un gimnasio, jamás conseguirá.
Cuando un
ex-futbolista de élite que se conserve más o menos bien se ‘pica’
con un joven en forma -dentro- de su disciplina, lo más seguro es
que se produzca una humillación. No importa tanto el aspecto en ese
preciso instante, porque es seguro que quedará demostrado de forma
inmediata quién tiene ese ‘algo’ y quién simplemente parece
‘fuerte’.
Jugar al fútbol
requiere una gran combinación de habilidades, no solamente físicas,
sino mentales. Cuando un jugador de verdad quiere jugarte, te gana.
No importa si lleva cuatro o cinco años retirado, o si tiene 36 años
y tú tienes 23. Sencillamente tiene más experiencia, sabe lo que va
a hacer, y lo más importante, cuando empieza el picado (jueguito) el
veterano entra en modo jugador, por decirlo de alguna manera. A él
no le importa lo bien que os llevéis o qué bien lo trates, nació
para ganar, y no va a estar satisfecho hasta que no lo consiga.
Incluso los
ex-futbolistas más intelectuales tienen un gen en su adn que les
impide no emocionarse ante una mera pachanga (partido amistoso en
España).
Si esto ocurre en el
caso de los futbolistas, ¿qué puedes esperar de un luchador?
No importa en qué
disciplina haya militado. Es frustrantemente superior a tí; no
importa cuánto te entrenes, si no haz logrado llegar a ganarte la
vida con tu lucha, luego no te sorprendas.
La gente siempre
habla de Tyson. Tyson lleva más de una década retirado, pero sabes
que si se produce una pelea, y el quiere estropearte, te estropea. De
todas formas no hace falta hablar de los mejores y los más famosos
para poder explicar lo que quiero explicar.
Los deportistas son
gente normal, al fin y al cabo, son seres humanos. Lo que para mí es
distinto en ellos, como ya he dicho antes, es su determinación a
tomarse en serio lo que durante años fue su vida. “¿Quieres
pelear?” “Vale, pero peleemos bien”.
El hecho de que un
hombre entrado en sus cincuenta resulte intimidante se debe a una
buena razón: si lo retas, el no va a contenerse, no va a ‘jugar’
contigo...si de verdad le pides que vaya en serio, irá en serio. Y
entonces el tipo afable que conocías se transformará en una
máquina.
Sea anotando unas
canastas, chutando un balón o lanzando un jab, el que solía vivir
de ello te va a superar.