viernes, 4 de agosto de 2017

La diferencia entre una persona normal y un deportista de élite


Los vídeos en los que se muestran casos de gente mayor y fuera de forma apaleando a gente joven con demasiada autoestima se han hecho tan frecuentes en Internet que ya no sorprenden a la mayoría.
No hace falta más que leer un título como: “Ex-campeón retirado de kickboxing contra chulo de gimnasio”, siempre sorprende. Y a la gente le gusta, porque conscientemente, es lógico, pero a la vista le duele. Es como si fuera una ilusión óptica, pero de carne y hueso.

Existe un motivo por el cual los deportistas de élite son tan valorados. Tienen una mezcla de talento, habilidad y mentalidad que una persona común, por mucho que se machaque en un gimnasio, jamás conseguirá.
Cuando un ex-futbolista de élite que se conserve más o menos bien se ‘pica’ con un joven en forma -dentro- de su disciplina, lo más seguro es que se produzca una humillación. No importa tanto el aspecto en ese preciso instante, porque es seguro que quedará demostrado de forma inmediata quién tiene ese ‘algo’ y quién simplemente parece ‘fuerte’.
Jugar al fútbol requiere una gran combinación de habilidades, no solamente físicas, sino mentales. Cuando un jugador de verdad quiere jugarte, te gana. No importa si lleva cuatro o cinco años retirado, o si tiene 36 años y tú tienes 23. Sencillamente tiene más experiencia, sabe lo que va a hacer, y lo más importante, cuando empieza el picado (jueguito) el veterano entra en modo jugador, por decirlo de alguna manera. A él no le importa lo bien que os llevéis o qué bien lo trates, nació para ganar, y no va a estar satisfecho hasta que no lo consiga.
Incluso los ex-futbolistas más intelectuales tienen un gen en su adn que les impide no emocionarse ante una mera pachanga (partido amistoso en España).
Si esto ocurre en el caso de los futbolistas, ¿qué puedes esperar de un luchador?
No importa en qué disciplina haya militado. Es frustrantemente superior a tí; no importa cuánto te entrenes, si no haz logrado llegar a ganarte la vida con tu lucha, luego no te sorprendas.
La gente siempre habla de Tyson. Tyson lleva más de una década retirado, pero sabes que si se produce una pelea, y el quiere estropearte, te estropea. De todas formas no hace falta hablar de los mejores y los más famosos para poder explicar lo que quiero explicar.
Los deportistas son gente normal, al fin y al cabo, son seres humanos. Lo que para mí es distinto en ellos, como ya he dicho antes, es su determinación a tomarse en serio lo que durante años fue su vida. “¿Quieres pelear?” “Vale, pero peleemos bien”.
El hecho de que un hombre entrado en sus cincuenta resulte intimidante se debe a una buena razón: si lo retas, el no va a contenerse, no va a ‘jugar’ contigo...si de verdad le pides que vaya en serio, irá en serio. Y entonces el tipo afable que conocías se transformará en una máquina.
Sea anotando unas canastas, chutando un balón o lanzando un jab, el que solía vivir de ello te va a superar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario