lunes, 13 de noviembre de 2017

entrevista irene.odt


Entrevista Irene LP, fechado a 11-13-2018

Intro, Diez preguntas y salida,
Nota 1:lo que está en cursiva (incluyendo esta nota) no figurará en la redacción final

¿Porqué cambiar algo que funciona?
No se nos conoce por ajustarnos precisamente a lo que se supone que deberíamos hacer. En este grupo somos muy rebeldes (mientras no nos pasemos de la raya),
vamos ____

Nota 2: Aclaraciones previas:
la entrevista pretende buscar una crítica, eso está claro, pero no se hace desde luego con tono de superioridad alguno, faltaría más
esta parte no saldrá publicada, sólo sirve de -aclaración-
intenta no pensar que soy de donde soy y me estoy tomando la libertad de juzgar, si puedes
lo que me interesa es el bienestar de la gente... por lo menos de la que esté de acuerdo conmigo, con nosotros

Nota 3: la sociedad condena la violencia en todas sus ramas posibles, eso es bueno
el ideal es buscar la armonía y la paz, el diálogo como antítesis a la confrontación física siempre que sea posible; no hay nada malo en ello
de hecho, no vamos a criticar a los gobiernos ni a los llamados ‘sistemas estructurados’ que están diseñados de tal forma que cualquier signo de crimen sea detectado a tiempo y pueda, efectivamente ser desactivado a tiempo
sabemos que las víctimas son sino en todos los caos, en el 99% de los mismos, puramente inocentes

nota 4_ la entrevista parece tomar tintes sociopolíticos hasta ahora, pero no es nuestra intención
lo que ponemos a prueba es la solidez de la moral humana, sin prestar especial atención a ninguna raza o etnia en particular
no creemos en algo como ‘estos son dados a la violencia’ o ‘estos son dados al pacifismo’, la historia demuestra que todas las razas han sido -más o menos igual- de violentas en algún momento de su historia particular
sin embargo nos encontramos ante un mundo renovado liderado por hombres y mujeres que ansían sostener el equilibrio del mismo, evitar las heridas en la medida de lo posible; las espadas del ayer son hoy rifles y/o bombas, nadie puede escapar efectivamente, y un apretón de manos frío en una convención de potencias militares es verdaderamente un salvaconducto que cuanto menos semejante a un paripé teatral delante de los medios de todo el mundo para decir: “estamos bien, tenemos nuestras diferencias pero no queremos repetir los errores del pasado, tranquilizaos” : ¿en mano de quién estamos?

Hoy hablamos con...
>>>editar

1-Muchos padres han criticado la presencia de videojuegos violentos en los que la idea principal consiste en matar: asesinar/eliminar y evolucionar, repetir y volverse más fuerte. Sólo es virtual, claro, y para que conste, en la redacción pensamos que aquellos que pretendan agredir lo harán sí o sí más allá de los videojuegos violentos o las películas y series donde se exhiba este tipo de procedimientos, es decir, no creemos que realmente afecte a una persona sana y cabal, ¿qué piensa al respecto?



2-Los medios audiovisuales que muestran contenido violento y que sirven de catarsis para la mayoría de los jóvenes son en escencia, un escape moderno a la tesitura del día a día. Según se acumula el estrés y la monotonía, no son pocos los que buscan una salida común, pero, ¿alguna vez se ha preguntado si dichos medios fueron creados para entretener a la gente o nacieron de una necesidad (“somos violentos/queremos ver sangre”)?
________________________________________________________________________________

3-La pregunta anterior era más difícil de lo que parece, le felicito por su valentía al responder. Esperamos francamente que no le hiciera sentir muy incómoda. Siguiente pregunta: Dado que este tipo de contenidos tiene tanto éxito, no nos queda más remedio que preguntar, ¿cree que el carácter violento reside de manera innata en los seres humanos (particularmente, aunque no excusivamente, en los varones)?


4-Históricamente, cuando las élites buscaban expandir su dominio o ejercer más poder, recurrían a la mano ‘de obra’ más barata posible: su propio pueblo. Se ha justificado en la ignorancia a la que se veían sometidos para tal conducta, esto es, si tienes una vida miserable y padeces hambruna y se te promete que por matar en nombre de X persona vas a bañarte en la gloria, seguramente lo harías ante la falta de alternativas. Sin embargo, incluso ahora que la vida es más valiosa que nunca, parece que de alguna forma seguimos ‘adheridos’ al pensamiento violento, ¿está de acuerdo?


5-En el manga/anime Gantz (nota_se lo recomendamos) uno de los personajes dice que todos somos unos hipócritas al condenar algo por lo que de alguna forma nos sentimos ‘atraídos’, más allá de si esto refleja la filosofía del autor Hiroya Oku, ¿alguna vez ha pensado que es hipócrita o cuanto menos irónico el hecho de que hablemos de paz y concordia con vehemencia cuando muchos de nosotros consumimos ávidamente contenido que enseña violencia (películas, series, videojuegos, novelas)?


6-Podemos discutir sobre muchos tópicos ‘peliagudos’ que tocan la moral más profunda al hablar sobre temas como el aborto o la eutanasia, pero no podemos discutir los hechos: el contenido que más vende versa sobre la degradación de los valores que pensamos, absolutamente básicos en cualquier persona. Asumiendo que no somos en escencia, violentos de por sí, ¿podría explicar porqué esta fascinación por los crímenes y barbaridades (aunque sean ficticios en su mayor parte)?


7-Por fuerte o bizarra que le parezca esta pregunta, ¿cree que los medios audiovisuales ya mentados tienen algún lado positivo? ¿Algún tipo de provecho? Responda con sinceridad, por favor.


8-Cuando lo pensamos por un momento y echamos la vista atrás, vemos casi ensalzados a una condición de deidad a personajes como Corleone, Scarface (Tony Montana), Michael Myers, Freddy Kruger, etc, hoy en día con la figura de narcotraficantes, personajes que en la vida real nos transmitirían miedo, y por el otro lado tenemos las biografías de personas... digamos los llamados ‘buenos tipos’ de la historia: premios nobeles de la paz, inventores, grandes médicos, casi ninguno de ellos con un mísero filme o referencia (a casi todos los hemos conocido a través de las instituciones académicas), ¿cree que es justo? Muchos dirían, “es que son aburridos”. ¿Qué piensa?


9-¿Considera que el desarrollo de otro tipo de contenidos (sin prohibir los actuales, estamos en contra de la censura) tendría un impacto en la cultura actual a estas alturas, o cree que sería absolutamente efímero?


10-¿Piensa que, de algún modo, de pequeños vivimos en una suerte de ‘burbuja’ protegidos por nuestros padres y madres, que se acaba destruyendo cuando entramos en contacto con contenidos gráficamente violentos?

11-¿Porqué parecen más sinceras o ‘realistas’ las producciones acerca de grandes mafiosos, tiranos y asesinos en serie? ¿Piensa que vivimos en un engaño al pensar digamos, demasiado ‘positivamente’ del mundo que nos rodea?

12-Muchas gracias por su participación.

Irene LP es una licenciada en Derecho por la Universidad de Coruña

::::::::FIN:::::::::

>>Editar:::::........................................


viernes, 4 de agosto de 2017

La diferencia entre una persona normal y un deportista de élite


Los vídeos en los que se muestran casos de gente mayor y fuera de forma apaleando a gente joven con demasiada autoestima se han hecho tan frecuentes en Internet que ya no sorprenden a la mayoría.
No hace falta más que leer un título como: “Ex-campeón retirado de kickboxing contra chulo de gimnasio”, siempre sorprende. Y a la gente le gusta, porque conscientemente, es lógico, pero a la vista le duele. Es como si fuera una ilusión óptica, pero de carne y hueso.

Existe un motivo por el cual los deportistas de élite son tan valorados. Tienen una mezcla de talento, habilidad y mentalidad que una persona común, por mucho que se machaque en un gimnasio, jamás conseguirá.
Cuando un ex-futbolista de élite que se conserve más o menos bien se ‘pica’ con un joven en forma -dentro- de su disciplina, lo más seguro es que se produzca una humillación. No importa tanto el aspecto en ese preciso instante, porque es seguro que quedará demostrado de forma inmediata quién tiene ese ‘algo’ y quién simplemente parece ‘fuerte’.
Jugar al fútbol requiere una gran combinación de habilidades, no solamente físicas, sino mentales. Cuando un jugador de verdad quiere jugarte, te gana. No importa si lleva cuatro o cinco años retirado, o si tiene 36 años y tú tienes 23. Sencillamente tiene más experiencia, sabe lo que va a hacer, y lo más importante, cuando empieza el picado (jueguito) el veterano entra en modo jugador, por decirlo de alguna manera. A él no le importa lo bien que os llevéis o qué bien lo trates, nació para ganar, y no va a estar satisfecho hasta que no lo consiga.
Incluso los ex-futbolistas más intelectuales tienen un gen en su adn que les impide no emocionarse ante una mera pachanga (partido amistoso en España).
Si esto ocurre en el caso de los futbolistas, ¿qué puedes esperar de un luchador?
No importa en qué disciplina haya militado. Es frustrantemente superior a tí; no importa cuánto te entrenes, si no haz logrado llegar a ganarte la vida con tu lucha, luego no te sorprendas.
La gente siempre habla de Tyson. Tyson lleva más de una década retirado, pero sabes que si se produce una pelea, y el quiere estropearte, te estropea. De todas formas no hace falta hablar de los mejores y los más famosos para poder explicar lo que quiero explicar.
Los deportistas son gente normal, al fin y al cabo, son seres humanos. Lo que para mí es distinto en ellos, como ya he dicho antes, es su determinación a tomarse en serio lo que durante años fue su vida. “¿Quieres pelear?” “Vale, pero peleemos bien”.
El hecho de que un hombre entrado en sus cincuenta resulte intimidante se debe a una buena razón: si lo retas, el no va a contenerse, no va a ‘jugar’ contigo...si de verdad le pides que vaya en serio, irá en serio. Y entonces el tipo afable que conocías se transformará en una máquina.
Sea anotando unas canastas, chutando un balón o lanzando un jab, el que solía vivir de ello te va a superar.

sábado, 29 de julio de 2017

Una reflexión sobre el poder reflexionar


En un principio iba a decir: “la sociedad actual está configurada de manera tal que todos aquellos con una mente brillante se ven obligados a buscar un trabajo que no quieren para pagarse una vida decente” pero reflexionando, me dí cuenta de que esto no es así. Es más, el mero hecho de ‘reflexionar’ debería en sí mismo considerarse un privilegio,
si vamos a comparar la sociedad actual con las pasadas, está claro que ninguna ha abierto más puertas al hombre medio que ésta en todos los campos habidos y por haber. En el pasado, para reflexionar, pensar o expresarse de manera particular, se necesitaba primero tener una vida cómoda. Es obvio, alguien que tiene que trabajar o pensar únicamente en su supervivencia no puede perder su tiempo en la ambigüedad. Tiene preguntas muy básicas, que no menos importantes, sino de hecho fundamentales, para poder sobrevivir. No se pregunta a sí mismo grandes cuestiones o fundamentos porque no encuentra nada en ello.
Poder adentrarse en lo considerado desconocido, divagar, cometer errores y volver a comenzar una y otra vez es un lujo propio de los que pueden permitírselo. No es casualidad que casi todos los filósofos del pasado tuvieran de un modo u otro cierta comodidad para poder meditar. Se necesita primero tener una buena situación económica, de lo contrario, es imposible pensar.
Cuando era más joven quería impresionar a la gente con mi inteligencia, aunque en el momento yo no lo veía así. Pensaba que de verdad les estaba enseñando algo de provecho, y de hecho lo hice un par de veces o tres, pero en el fondo era una forma de sostener mi ego, o crearme una especie de personaje respecto a los demás.
Después de que pasaran algunos años, me dí cuenta de que todo aquello que pinté en mi cabeza, todas las ideas, debates y discusiones que tuve conmigo mismo durante años no valían para nada. No soy ni seré un artista, y nada de lo que transmita se quedará en la memoria colectiva. La verdad es que sólo soy un tipo más de la rama más pobre de la burguesía que tuvo demasiado tiempo para desarrollar una forma de pensar particular.