miércoles, 17 de febrero de 2016

Carta de presentación.

¡Hola!

Me llamo Juan Francisco Pereira Rivero.
Nací en Camagüey, Cuba, el 4 de octubre de 1992 a las siete de la tarde exactamente, esto es, un domingo a la hora del gallo en el año del mono de agua. ¿¡Cuántos animales, verdad!? A mí también me soprende.
Volviendo a la seriedad, me complace deciros que esta es mi nueva entrada en mi último blog. Está dedicado 100% a mi trabajo como autor aunque puede incluir otras cosillas como dibujos o videos (quizás en un futuro), de momento es prácticamente todo texto con alguna fotito de vez en cuando porque sé que tanto párrafo sin una foto suele ser aburrido. Incluso para mí, que soy escritor (aún sin debutar LOL) me es pesado el simple hecho de ver un párrafo grande. Puede que porque al verlo incluso desde lejos me traiga a la mente malos recuerdos, o no malos necesariamente, pero sí muy aburridos.
A continuación un brevísimo resumen de mi vida personal:

Nací inconscientemente. Estaba mejor dentro de la tripa de la vieja, pero tarde o temprano hay que salir a batear la bola y no puedes decir "ya si eso mañana, ahora no quiero". El lugar que me vió nacer es el pueblo más limpio y recto de Cuba y uno de los más viejos, por el cual destilo gran amor y al cual siempre tendré en mi corazón... ¿cómo? Ah, la confusión. Resulta que ya no vivo allá. Tenía sangre española y la exploté. O la explotaron por mí, mejor dicho. Nos largamos de Cuba allá por el 2007 o el 2008, ya no me acuerdo bien. De mi infancia en Cuba hablo otro día porque tengo mucho que repescar en mis recuerdos, de mi historia aquí es de lo poco que ahora puedo contar, porque lo tengo más fresco en el cerebro y aprovecho in situ para plasmarlo en este blog, que es un vacío intento de sentir que mi vida vale dos duros ya que no tengo amigos y dos asco. Y pena. Y más cosas que por ofensivas y de mal gusto oídas es mejor omitir en este texto.

Nada tengo mío más que el conocimiento de que algún día he de dejar el cuerpo si es que existiese mi alma como otros muchos han afirmado antes de abandonar sus carnes al efecto corrosivo de las garras de la muerte, y por ello os brindo y obsequio con nada más que mi pura sinceridad.

Pienso que he madurado mucho desde la última vez...

Vale, volvamos a ser serios de nuevo.
Que os quiero, digo, a todos los que estáis al borde del abismo o teniendo de más compartís con los que de hambre se están muriendo, y no teniendo nada que daros os ofrezco mi sinceridad... y mis libros, por los que os pido un par de euros. Este cerebro necesita combustible, y no pienso entrar en la rutina del moralista de mierda que va de santurrón y por detrás se forra el morral con las diezmas que provoca. Hace cuatro años os hubiese vendido remedio para que no os estrasarais o quisierais suicidaros, pero mucho tiempo ha pasado y muchos ataques he experimentado ya como para no haberme moldeado en la firme idea de que el mundo gira y gira y las cosas van pasando sin que yo o vosotros haga nada del todo importante, por lo que ahora mismo me encuentro en un estado de absoluta vaguedad, escribiendo estupideces más o menos hermosas que en un principio no tienen mucho sentido pero que para algunos de vosotros/as (no me olvido de las chicas) puedan tener cierta valía.

Hasta pronto, se despide el que os escribe

Juan Fr. Pereira.

Redactado el 17 de febrero de 2016 a las 23:58 pm. Es bastante tarde, debería hacer algo útil y dormir.
Saludos.

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