He pasado mucho
tiempo encerrado en la casa en la que vivo (alquilado) intentando
descubrir y buscar mi salvación a la locura y el sufrimiento de la
agorafobia y la ansiedad.
Me he convertido en
ermitaño y la gente a mi alrededor ya no causa emoción en mí.
Antes quizás fuese más tímido, podía tener un arrebato, como
cualquier adolescente... esperad, me toca la pastilla de la mañana.
Ya está.
Escitalopram, 10 mg.
Para depresión y ansiedad/agorafobia.
Omperazol, 20 mg.
Para evitar que el ácido Clorhídrico de mi estómago abrase las
paredes del mismo.
Por lo siguiente,
desayuno artificial para un cuerpo artificial, recipiente de un
cerebro artificial con una programación robótica...
Play Station 3
conectada al ADSL de 10 mb de Movistar, lo suficiente como para
descargarme DC Universe Online y crear a mi propio superhéroe, lo
cual confieso, no me disgusta. Además, el juego es gratis. Gracias
DC Comics, gracias Warner Bros.
A propósito de
esto, he visto el vídeo de entrada del juego. Están los malos y
buenos peleando unos con otros hasta que llega Superman y les da pal'
pelo justo antes de ser empalado por Lex Luthor. Hace trece años te
hubiera dicho que lo siento por Superman, pero ahora te puedo decir
que entiendo a Lex Luthor.
No es que esté en
contra de Superman, él (el personaje) es un gran tipo. Primero, debo
hablar de él y contarte algo que quizás no sepas acerca del héroe
de cómics más famoso de todos y que considero de vital importancia.
Superman es el tío
perfecto, tanto físicamente como a nivel moral. No hay fallas en él.
Mucha gente ha criticado esto. Se supone que Superman es criticable
porque en cierto sentido es una exaltación del ego. A fin y al cabo,
él parece 100% humano, pero no lo es. Tiene más fuerza en los
párpados que cinco grúas juntas. Hasta ahí bien.
El tipo que diseñó
a Superman, Jerry Siegel, era un muchacho judío que había llegado a
Nueva York procedente de Europa, mucho antes de 1939, cuando empezara
la Segunda Guerra Mundial y todo lo que eso conllevó. Luego hablaré
en profundidad, de momento centrémonos en el joven Siegel.
Su padre fue
asesinado de forma brutal y durante su infancia vió muchas
injusticias cometerse sin que nada ni nadie pudiese impedirlo. Pues
bien, él diseñó a un tío que fuese capaz de dar por culo a todos
los hijos de puta de su momento que de alguna forma u otra pudiesen
hacerle daño a gente inocente o físicamente inferiores. Para que se
me entienda, es como si eres un gafapasta y te hacen bulling (o como
se diga) en la escuela y no ves a nadie detrás tuyo para defenderte,
estás solo y la gente te rechaza... Siegel proyectó todo esto en
Superman, pero a la inversa. No creo que él dentro de su cabeza
quisiese ser Superman, aunque técnicamente ambos tenían la misma
condición: eran inmigrantes. Sí, como lo oyes. Uno de los mayores
símbolos de la cultura Estadounidense es técnicamente un “Alien”.
En Estados Unidos, cuando dices “Alien” puedes hacer referencia
tanto a los extraterrestres como a los inmigrantes ilegales. ¿No lo
sabías? No es cuento, te digo la verdad.
El caso es que
Superman, quitando el hecho de que era inmigrante, estaba diseñado o
mejor dicho nació en la mente de Siegel como un consuelo, el
Wonderwall de Noel Gallagher, el refugio alque sujetarse cuando todo
era una mierda, básicamente. Joe Shuster, co-creador de Superman, lo
dibujó, lo hizo “guapo”, pero escencialmente, el creador fue
Siegel. Lo que es Superman al fin y al cabo, es el Súper-hombre (de
ahí el nombre) de Nietzsche, algo jodidamente irónico si
consideramos que -según dicen algunos- la ideología Nazi se nutrió
en gran medida de las ideas del Súper-hombre de este filósofo
alemán. Yo no estoy de acuerdo. En lo único que convergen es en el
nombre, el “súper-hombre” en el caso de Nietzsche era una
cuestión moral, de inteligencia o ética, algo puramente filosófico.
El Superman de Siegel es un tío “bueno”, él da palizas a los
“malos”, pero con la premisa de no matar a nadie. No es tan
perfecto en el modo en el que Nietzsche ve las cosas, ya que en el
fondo es un blando. Paradójico, teniendo en cuenta que es el “Hombre
de Acero”. Siegel diseñó a Superman como un consuelo personal. Y
para todos esos chavales que desde 1939 hasta el día de hoy lo vemos
como a nuestro Heracles (Hércules), al héroe-griego moderno (aunque
tiene más de ochenta años) ataviado con un traje que es además su
símbolo, porque reconozcámoslo, Superman es un símbolo. Cuando él
es “periodista” (Clark Kent) es humano, es débil o mejor dicho,
tiene que fingir que es débil. Es como nosotros. Mide 1'90, tiene
físico de levantador de pesas, los ojos azules, proporciones
perfectas cabeza-cuerpo-pecho-piernas... o lo que es lo mismo, un tío
candidato a ser Tronista o Míster Universo, un tío capaz de
anunciar colonias caras y calzoncillos por la tele. El tío perfecto
en todos los aspectos. De hecho, es hetero...
Sigamos.
Lo que pasa a día
de hoy y lleva pasando desde tiempos inmemoriales es que toooodo el
mundo necesita su propio Superman. Llámalo Justin Bieber, Back
Street Boys (en los 90's), John Cena, Oasis, Michael Jackson, Fidel
Castro... estoy hablando de figuras que arrastran miles de
seguidores. Son líderes de rebaño. No hay peligro en ellos, ya sean
músicos, políticos, personas famosas, actores o actrices de
Hollywood. Esto es como cuando ya maduras y entonces (sólo un
ejemplo) te haces fan de un boxeador, digamos Pacquiao o cualquier
otro gran púgil de nuestra era. Entonces te vuelcas con él: venga a
comprar pósters, fotos, ver videos de entrevistas, etc... él es la
proyección de lo que tú no eres. Porque él es duro, y tú te
identificas con él. Tú eres flojo de cojones, o no, a lo mejor
estás fuerte, pero no sabes boxear o simplemente tienes poco
aguante. Un día, Pacquiao cae derrotado y entonces dejas de creer en
él. Ojo con lo de Manny Pacquiao porque sólo es un ejemplo. No
tiene porqué ser un sólo individuo. Puede ser todo un colectivo,
por ejemplo, un equipo de fútbol. Eres aficionado al Barcelona,
vale... tu vida apesta y no tienes novia, etc, pero al menos tienes
al Barça todos los fines de semana, entonces te fanatizas, ellos son
tus salvadores, el escudo te tatúas en el pecho... qué te digo más,
te lo tatúas en el corazón, y entonces te agarras a a eso para
poder tener algo a lo que agarrarte cuando todo es una mierda. Por lo
menos puedes decir: “Coño, soy del Barça. Mi equipo golea a
menudo y da caña” entonces te consuelas. ¿Lo vas pillando ya,
verdad?
Mis mensajes no son
tan complicados. Todo lo que necesitas es un ejemplo.
Te puedo poner cinco
o seis más, pero creo que a estas alturas ya lo has cogido.
El problema, amigo,
es que no siempre tus héroes estarán para tí. Y entonces te toca
pelear con Lex Luthor, un calvo envidioso de Superman. Probablemente
Lex Luthor sea homosexual, ¿quién puede negarlo, confirmarlo? ¿No
tiene acaso él una obsesión extraña con Superman? Hasta tú, que
has sido fan durante años ya comienzas a sospechar...
o te pongo otro
ejemplo del tipo “te voy a arruinar la infancia”
La relación de
Batman y Robin... es bastante perversa, ¿no?
Para un niño de
cinco años no. Él no puede ver a Bruce Wayne, él sólo ve el
traje. Al chaval no le importa tu puta filosofía de mierda entre las
diferencias de álter-egos de Bruce Wayne y Batman, él sólo se
interesa por Batman. Porque es un tío guay. Porque es fuerte, tiene
coches alucinantes, y tiene un valor que ya quisieras tú tener. Pero
Batman mola, más allá de su sexualidad, porque él sí es humano, y
aún así lo da todo en el momento de luchar.
Superman es más
barato y sencillo porque para empezar, él es prácticamente
indestructible. ¿Qué puede afectarle a él, más allá de la
kriptonita? Un tío que puede volar, que se afeita (ojo) con rayos
láser que emite con sus propios ojos... guau.
Pero Batman no
cuenta con eso. Batman se lastima. No estoy tratando de mandar un
mensaje del tipo “Batman es mejor” ni nada, sólo estamos pasando
un buen rato, yo escribiendo y tu leyendo, interiorizando.
Estoy haciendo esto
porque quiero que sepas, como ya dije hace un rato, que no siempre
tendrás a tus héroes a tu lado. O peor incluso, aún teniéndolos,
verás que no son infalibles. Entonces, tarde o temprano, tendrás
que salir al frente, dar un paso adelante y pegarte con el que
intente joderte, no tiene porqué ser físicamente, siquiera una
pelea moral ya jode bastante. Tú lo sabes, yo lo sé, todos lo
sabemos. Entonces la pregunta es, ¿estás preparado para librar tus
propias batallas?
El mundo que te
rodea es bastante duro, por si aún no te has dado cuenta. Puede que
tengas tu casa, tu novia, tu cola-cao a las siete de la mañana y un
sueldo de puta madre a fin de mes, pero no estás asegurado. Todo
puede irse al carajo en un dos por tres. ¡Zas! Y todo desaparece. El
mago de la miseria se ha encarnizado contigo y te ha dado tal paliza
que no puedes sino arrastrarste por el suelo. No basta con tener
músculos, y si los tienes, dime, ¿para qué los usas? Yo entreno
para resistir, hermano. Yo no me drogo, ni fumo ni bebo, pero no por
eso soy mejor, de hecho, es por eso que estoy tan enfermo. Porque he
descubierto que en el fondo todos estamos más o menos igual de
jodidos y buscamos todo el tiempo a nuestro Muro de apoyo infalible
(El Wonderwall de Noel Gallagher) pero no siempre estará allí.
Algún día estarás solo, y entonces... ¿tendrás la fuerza
suficiente para resistir? El mero hecho de vivir y con-vivir (ojo) ya
es un reto. Tienes que encajar. Tienes que estar guapo. Tienes que
ser popular. Tienes que tener una polla de 25 centímetros y un
six-pack. De otro modo, serás uno más. Uno de la masa residual.
Entonces, te sentirás hundido, pequeño... ¿qué remedio quieras
ahora? No te queda nada ya. Levántate de una puta vez y asume que
estás dentro de una jungla de cemento y cristal. Tienes que pelear y
defender a los que te quieren. Tienes que ser tu propio súper-héroe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario